La idea, el silencio, el vacío y esa escala en la que lo arquitectónico se diluye. Un ejercicio interior, sin saltos bruscos. Pausado y cauto en la definición; inflexible en el despojamiento. Con alusiones a su (con)fusión en el espacio, que es una manera válida de nombrar la escultura.

Dionisio Cañas N.Y. 1988

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